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Cuando yo me fui pa´l Norte

Por Félix Cortés Camarillo

felixcortescama@gmail.com

Desde las aulas de la escuela y de la vida aprendí que el más importante vecino y socio de mi país eran los Estados Unidos de América. Los años subsecuentes ratificaron ese concepto; en algunos momentos de la doctrina del buen vecino nosotros éramos los buenos y ellos los vecinos. Muy recientemente los mexicanos éramos, en voz de su presidente Trump, narcotraficantes, violadores y bad hombres.

Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reúnen hoy, vía internet, por vez primera en su investidura actual. Poco se sabe qué temas van a abordar con detalle e interés. Menos se sabrá de lo que se dijeron. Podemos presumir que el tema migratorio estará necesariamente en el zoom, al igual que el asunto energético. La migración le interesa mucho a los Estados Unidos. El mensaje norteamericano ha sido claro: no les gusta que México limite la participación extranjera en la generación de energía.

Hasta donde ha permitido saber el presidente López lleva en sus notas el tema de la migración legal de mano de obra mexicana al norte de la línea. Según los “otros datos” de López, que no suelen ser precisos, los Estados Unidos van a necesitar entre 600 mil y 800 mil trabajadores. El presidente López avizora un acuerdo para mandarle esa fuerza de trabajo a su vecino del Norte. Un plan bracero renacido.

En el cinismo de la administración actual, las remesas de los mexicanos que trabajan allá son muestra del éxito de esta administración: después de todo son más de 40 mil millones de dólares al año, según cifras más recientes. En realidad, esas remesas son el testimonio del fracaso sostenido del Estado mexicano, que no ha sido capaz, ni lo es ahora, de generar empleos para esos mexicanos.

Puede ser que el presidente López lo consiga. Los norteamericanos necesitan esa fuerza de trabajo, dedicada, constante y barata. Pero eso no será para ayudarle al presidente de México. Ojalá que Biden pida algo a cambio. El quid pro quo es el imperativo esencial de la política.

Por otra parte, Biden es el presidente de los Estados Unidos y su compromiso es mejorar la vida y el bienestar de sus paisanos. Al presidente de los Estados Unidos le importa un pito el bienestar de los mexicanos. Eso, creo, es nuestra tarea. Comenzando por el presidente López.

PREGUNTA para la mañanera, porque no me dejan entrar sin tapabocas: con todo respeto, señor presidente, ¿cuándo le va a instruir a sus testaferros de eso que se dice partido político y se llama Morena, le tengan respeto a las mujeres, empezando por las de Guerrero?

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Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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